La historia de Zack, escrita por su madre, Shawn
Shawn sufrió la pérdida de su hijo, Zachary, durante el trabajo de parto. Actualmente, ella alienta a las otras mamás embarazadas a que estén atentas al movimiento del bebé y que hablen con su médico si algo las preocupa.
Cuando estaba embarazada de 38 semanas, mi hijo, Zachary, nació sin vida. Dos días antes de la muerte de Zach, noté una disminución en sus movimientos. Mi intuición me dijo que algo no estaba bien; por eso, llamé a mi médico. Zach murió debido a una abrupción placentaria sin diagnosticar, que es cuando la placenta se desprende repentinamente de la pared del útero antes del nacimiento del bebé. Su muerte quizás se hubiera podido prevenir si yo hubiera sabido sobre la importancia de monitorear los movimientos de mi hijo durante el tercer trimestre. Zach era nuestro segundo hijo y a mí jamás me dijeron, en ninguno de mis embarazos, que era importante prestar atención a los movimientos del bebé en el tercer trimestre para ayudar a reducir el riesgo de muerte fetal.
Hoy en día soy embajadora de una organización dedicada a la prevención de la muerte fetal y la muerte del lactante a través de educación, fomento y apoyo. Por el resto de mi vida, jamás voy a olvidarme de lo que sentí al irme del hospital sin tener a Zachary en mis brazos. Debido a eso, me dedico a ayudar a evitar que otras familias tengan que pasar por la terrible tragedia de un nacimiento sin vida.
Los CDC quieren agradecerle a Shawn por compartir su historia familiar.